skip to main |
skip to sidebar
Un ex agente de la CIA, Osbourne Cox, se dedica a escribir sus memorias las cuales son "robadas" por un par de ineptos trabajadores de un gimnasio, quienes tratan de chantajear a Cox sin saber en el tremendo lío que se meten."Dile a mi esposa que tengo las nuevas llaves" Osbourne CoxLos hermanos Ethan y Joel Coen vuelven a las andadas después del éxito que resultó ser No Country for Old Men, en ésta ocasión nos presentan Burn After Reading (Quémese después de Leerse) una historia de humor negro que aborda situaciones tanto comunes como irreales que reflejan, desde cierto punto, como las personas llegan a tratar de alterar sus vidas "para bien" cuando éstas ya han avanzado demasiado.Los hermanos Coen parecen tener una fascinación con los relatos de personas de edades avanzadas, sus formas de vivir, de relacionarse y hasta de morir; parece que por medio de sus guiones tratan de darnos una "lección" de que no importa la edad para tener algo relevante qué contar. Dándoles el beneficio de la duda es innegable que las personas adultas (no necesariamente ancianas) tienen mucho que aportar pero viéndolo fríamente, las formas de conducción de los personajes que éste film, el ambiente en que se desarrollan y las relaciones que ejercen con otras personas llegan a ser aburridamente tediosas.Se abarcan temas de la infidelidad en matrimonios que ya tienen mucho tiempo conviviendo, haciendo una crítica, ya rayada, y que suele ser un ingrediente infaltable en las actuales telenovelas mexicanas; se habla indirectamente de la crisis económica, el desempleo, de la búsqueda de los sueños que se perdieron en el camino, de la "belleza" física que ya no es tal y hasta de teorías de conspiración que a lo largo del guión no dejan de ser elementos importantes para la trama pero a la vez ninguno despunta como el tópico clave.

Pero hay que resaltar que el descaro, el cinismo, la hipocresía y hasta la locura que el humor negro requiere para existir sí tienen fuertes referentes en ésta película que, sin ir muy lejos, cuenta con un elenco de lujo: George Cloonney interpreta a un "Don Juan" cincuentón llamado Harry Pfarrer que parece luchar contra los años haciéndose creer a él mismo y a las mujeres que aun está en plenitud de vida, un papel muy interesante y muy bien logrado; Frances McDormand, la musa de los hermanos Coen ya que ella estuvo en esa joya llamada Fargo, da vida a Linda Litzke una frustrada entrenadora de gimnasio que su última cruzada es hacerse 5 diferentes cirugías plásticas y por las cuales está dispuesta a todo, Mc Dormand es sobresaliente ya que le da un toque único a éste personaje al punto que, el público puede tanto reírse por cada mueca que hace como hasta sentir pena por lo que ella tanto busca.Brad Pitt por su lado interpreta al maniaco del ejercicio, y seguramente homosexual, Chad Feldheimer quien es el confidente gran "amigo/amiga" de Linda y que además es el detonante de la historia al tener entre sus manos las memorias que el ex-agente Cox escribe pero que por error son sustraídas, Chad es tontorrón, chismoso, egocéntrico pero a la vez muy alocado y sensible, un papel extraño pero que a más de alguna o algún espectador habrá querido ver desde hace mucho pero sea como sea, Pitt logra un convencimiento con sus manierismos; convencimiento que también logra la versátil Tilda Swinton, en una muy justa interpretación, al convertirse en la gélida e inflexible Katie Cox quien es el retrato de las mujeres calculadoras y frías que se desviven por controlarlo todo incluyendo la vida de sus parejas.
Por último, pero no menos importante, tenemos a un veterano como John Malcovich, multifacético y de gran adaptación a diferentes papeles, que nos muestra a un Osbourne Cox cansado de la vida y sus jugarretas, que decide tomar el rumbo de su vida en sus manos pero en el relativo ocaso de su existencia, Cox es la imagen de la mediocridad, del pasotismo, del inconformismo pero a la vez de la comodidad; es un ente frustrado en punto de ebullición tanto por su ex-trabajo, su vida junto a la fiera controladora de Katie y el pseudo chantaje que Linda y Chad pretenden hacer con sus memorias que el espectador sabe desde un principio que no valen nada.
Generalmente, a nivel cinematográfico, el film tiene una fluidez impresionante, grandes escenas para enmarcar en donde la sólida fotografía se hace presente como en otras obras de los Coen, aun hasta los colores utilizados, en algunos casos muy contrastantes, hacen sentir las secuencias un tanto personales porque reflejan muchas veces las realidades que se viven y aparte de eso, son congruentes con los humores de cada personaje; el tratamiento del suspense que realizan los Coen es bastante acertado aunque conduzcan a algo totalmente ridículo al final de cuentas por lo que el espectador solo está interesado en saber como termina todo después de tanta locura.

En algún momento y haciendo eco de esa locura, hubo un momento en las secuencias cuando se comienza a desenlazar la trama en donde pude evocar imágenes parecidas o ideas semejantes a las implementadas en la reconocida American Beuty pero que en ésta eran llevadas al obvio punto de comedia/crítica que es parte del humor negro; el nivel de relación y/o confrontación de los personajes especialmente de Harry con Linda o de Osbourne con Chad son las más sobresalientes hasta el punto en que tanto uno como otro representan las ambigüedades mismas que las sociedades modernas, especialmente occidentales, enfrentan el actualidad; si me preguntan, Burn After Reading es un film que pueden degustar aquellos que no les gusta para nada el cine comercial y que se sienten identificados con la cultura estadounidense y su tipo de humor, no tiene acción que merezca la pena remarcar y su desenvolvimiento puede dejar a más de alguno bostezando a pesar de tener un elenco cercano a Ocean's Eleven y sus secuelas.

WATCHMEN es una de ésas películas que no se ven muy a menudo, imperfecta, pero creo que no debería pasar inadvertida para el público o al menos para aquellos que se consideren cinéfilos. Adapta la historia de una novela gráfica del mismo nombre, escrita por Alan Moore, ilustrada por David Gibbons y publicada por DC Cómics en el año de 1986 en 12 ediciones mensuales. Para quienes la hayan leído saben que la palabra cómic puede no ser suficiente para definirla, indistintamente si les gustó o no.
Cuenta la historia de unos hipotéticos años 80, donde el rumbo de la historia fue cambiado por la presencia de "superhéroes" en los Estados Unidos y donde la amenaza de una guerra nuclear con la Unión Soviética ha alcanzado los más altos límites imaginables. El relato inicia con el asesinato de uno de éstos superhéroes americanos por parte de un desconocido, y por la subsiguiente investigación que realiza otro de ellos para descubrir un supuesto complot para acabar con los "vigilantes enmascarados", complot que resulta ser algo mucho más que eso. La diferencia de éstos héroes con los de otros cómics más populares y más comerciales es que éstos aparecen de una manera más real, no tanto porque sus habilidades o destrezas sean más apegados a la realidad (todo lo contario para un par de ellos) sino por la forma en la que esta representando el efecto que éstos tienen en la sociedad y en las motivaciones de varios de ellos.
El director Zack Snyder ha realizado un gran homenaje artístico a la obra original, visualmente impresionante, donde la extraordinaria capacidad del director en pasar los dibujos del cómic a escenas en movimiento queda demostrada de una manera contundente (y donde queda claro que el aspecto visual de "300" no fue cuestión del azar). Las escenas de acción y peleas no descepcionarán a nadie y mucho menos su excepcional cinematografía, tampoco se ha abusado de la cámara lenta, como uno podría pensar al ver los avances promocionales. Tiene tramos muy emocionantes, donde dejan lugar tanto para la comicidad y para el drama.
A mi, la película me ha parecido buena y me mantuvo entretenido las casi 3 horas que dura, pero debo reconocer que contiene muchas irregularidades y elementos atípicos, algunos de ellos se pudieron obviar para mejorar claramente al filme, otros me parece que más bien son incomprendidos por los críticos actuales (por hacer una referencia, la película Blade Runner de Ridley Scott, protagonizada por Harrison Ford, fue vapuleada por los críticos cuando se estrenó en 1982 y sin embargo, ahora es vista con otros ojos y puesta en un pedestal privilegiado de la ciencia ficción). A lo anterior debemos sumarle que quienes no hayan leído el cómic de WATCHMEN percibirán la película de manera diferente que aquellos que al menos lo han hojeado o saben de qué trata, ya que existe una cierta cantidad de detalles que podrían parecer irrelevantes para la historia como película, pero que para quienes los conocen, verlos en la gran pantalla los recibirán como un "valor agregado".
El filme inicia igual que la novela, con una brutal pelea entre el héroe conocido como "El Comediante" y un implacable atacante desconocido, resultando en la muerte del primero. Dicha secuencia es bastante impactante, semejante a la de Morfeo con Smith en Matrix (y eso que ésta no es una película de acción). Luego viene una de las mejores partes de toda la película, los créditos iniciales donde se relatan una gran cantidad de sucesos previos, mostrando a la primera generación de héroes (conocidos como los MINUTEMEN) combinando secuencias históricas hasta llegar a la generación de los WATCHMEN, todo con un tema musical de Bob Dylan más que atinado "The Times They Are a-Changin". Luego conocemos a quien será el personaje más cercano a un protagonista (en la película no hay uno muy claro), el vigilante Rorschach, quizás el mejor, tanto en interpretación como la sintonía que logra alcanzar con el espectador (un Jackie Earle Haley metidísimo en su papel). Él iniciará una investigación propia cuando descubre que el muerto es en realidad su antiguo "colega" El Comediante.
La película tiene un "ritmo" cada vez que se sigue a Rorschach y su teoría sobre una posible conspiración para matar a todos los hérores enmascarados, pero a medida él va visitando al resto de sus antiguos compañeros para advertirles del posible asesino, vemos algo del pasado y de la personalidad de cada uno de ellos. Quizás éste sea la principal "irregularidad" del filme, pues en lugar de seguir un relato contínuo al son del argumento, vemos cada cierto tiempo una "mini historia" de cada uno de los protagonistas, y no es que las mini-historias no sean interesantes o no tengan relación entre sí, pero ésta particularidad, que sin duda funciona muy bien en un cómic de doce ediciones, repercute mucho en el ritmo "convencional" de lo que se supone debe ser una película, y es quizás allí donde se nota más aquellos elementos que quedaron fuera de la adaptación porque simplemente el metraje sería demasiado largo.
El segundo personaje despues de Rorschach que esta mejor representado y que por consiguiente resulta más intersante, es el Comediante (interpretado por Jeffrey Dean Morgan), quien a pesar de ser asesinado en el inicio de la película, podemos verlo repetidamente en los recuerdos de los otros personajes. Él representa una ironía del clásico superhéroe americano, quien es un héroe (porque lucha por América y por establecer un orden en la sociedad) y al mismo tiempo es un antihéroe casi villano, ya que sus motivaciones estan muy lejos de ser un justiciero del bien, siendo un claro ejemplo de la degradación existencial a la que puede llegar un ser humano que posee poder pero no un camino claro a seguir ni valores morales, pero al fin y al cabo un especimen muy humano.
El Dr. Manhatan (Billy Crudup), el único de los héroes con verdaderos superpoderes, es quizás el siguiente más interesante, por su peculiar orígen y el estado en el que se encuentra, transformado accidentalmente por un experimento nuclear, ha trascendido la existencia de los seres humanos comunes, y por esa misma razón, parece frío y con dificultades para entender a la humanidad de la que un día formó parte. Él será clave para el desenlace del filme y para la conspiración secreta del argumento.
Atrás de ellos esta el resto del elenco, en el caso del personaje de Adrian Veidt/Ozymandias, quien es también muy importante, tal vez le haya perjudicado más el guión que el actor, Matthew Goode hace una correcta interpretación que es mejor de lo que yo temía al haber visto las imágenes promocionales, pero sin duda hay más sobre su personaje que no se traspasó al filme. En este aspecto aprovecho para señalar lo que yo considero es una clara deficiencia, tomando en cuenta el atípico ritmo que la película lleva en ese punto, y me refiero a una secuencia considerable donde Espectro de Seda II (Malin Ackerman) y Buho Nocturno II (Patrick Wilson) salen de su "retiro" y realizan un rescate, para luego entablar una acalorada "escena de amor", éste último es un detalle que para muchos espectadores nos puede parecer muy atractivo en una película, pero que a fuerza de ser sinceros ha sido completamente innecesaria (incluyendo la anterior secuencia del rescate) ya que sus personajes son los menos interesantes de todos y considerando que hubo una gran cantidad de detalles que fueron omitidos de los otros personajes (como el ya mencionado Ozymandias).
Respecto al final de la película, es un final nada común en el género de las películas sobre cómics, "salido del huacal" (si trato de pensar en un final semejante, solo el de "The Dark Knight" se le acercaría un poco), no voy a revelarlo, pero me basta decir que ha sido modificado de una manera magnífica, conservando la escencia del original pero sin ser exacto (algo que no podía hacerse porque las justificaciones del final original tampoco habrían podido adaptarse). WATCHMEN es una película que disfrutarán aquellos que no quieran repetirse lo mismo en el cine, que quieran ver algo diferente, un poco extravagante y poco convencional, un poco imperfecta y con un ritmo desigual, pero al mismo tiempo muy impactante, una película que tal vez el paso del tiempo le de una mejor posición en la crítica internacional.

La trama de éste film es simple, Jensen Ames es un hombre condenado injustamente por un crimen que no cometió y debe sobrevivir a un juego mortal llamado “La Carrera de la Muerte” para poder obtener su libertad.
"Amo éste juego". Coach
El director Paul W. S. Anderson nos trae una historia que en realidad es una reedición (o remake) de una clásica película de finales de los años setenta llamada: “Death Race 2000” y que fuera protagonizada por los conocidos David Carradine y Sylvester Stallone. En ésta ocasión Anderson hace las veces tanto de director como de guionista, al igual que en otras de sus realizaciones como Resident Evil y Alien vrs Predator, y logra darnos un producto basado en acción pura y dura, sin mayores argumentos o tramas, centrándose mucho en las carreras, vehículos y situaciones bizarras que se desarrollan entorno a estos. Contando con un elenco muy propicio, Death Race tiene entre sus filas al actual icono de acción Jason Statham, mejor conocido por sus papeles de El Transportador y Crack, quien interpreta a Jensen Ames un obrero que por azares del destino termina en prisión y debe jugarse la vida bajo las reglas de una fría, inflexible y brutal Warden Hennessey (Joan Allen) que es la manda más de éste espectáculo con tintes de circo romano.Ames no solo tendrá que enfrentarse a Hennessey sino también a sus otras contrapartes que “viven” de la carrera misma: Machine Gun (Tyrese Gibbons) y Pachenko (Max Ryan) quienes le harán su estadía en la prisión casi insoportable y serán dos grandes enemigos a vencer en cada tramo de la carrera. Pero Ames no estará solo y contará con un grupo de camaradas que le ayudaran a salir adelante, siendo liderados por Coach (Ian McShane) y con una belleza como copiloto llamada Elizabeth Case (Natalie Martínez).
Desde los primero minutos el espectador puede intuir por donde se desarrollará la trama, cuales son sus detonantes y cuales sus consecuencias, aunque el desenvolvimiento de los personajes es bastante correcto no deja de ser, por veces, simple y hasta estereotipado como podemos ver en el caso de los latinos o de los afroamericanos; no hay que hacer análisis de corte freudiano para encontrar por qué éstos prisioneros/corredores actúan como lo hacen. Definitivamente los personajes más sólidos son los de Statham, Gibbons y Allen y son en los que más recae el peso de la poca trama que se tieneAunque es cierto que el film parte de una idea actual, la presente crisis económica y su repercusiones llevadas a un entorno futuro bastante pesimista, eso se diluye conforme avanzan los minutos y las sangrientas carreras que en algún momento llegan a recordar otras películas como Mad Max o la franquicia de Rápido y Furioso; la gracia de ésta reside en el hecho de la carnicería a alta velocidad y cómo se llega a su final; y es ahí donde trata, en menor medida, el hecho de que la carrera es un entretenimiento para millones de personas que pagan por tal brutalidad y que es una critica directa, pero que se queda muy corta, en contra de la industria de los reality shows, en donde el público goza con el sufrimiento y los protagonistas sacan lo peor de cada uno de ellos.
Los giros de la trama son pocos, nada profundos y muy predecibles, tal vez solo uno es el que deja cierto buen sabor de boca pero hasta ahí. Hay que halagar el hecho de las filmaciones en movimiento, puesto que casi todo el film es así; hay un excelente trabajo de cámara y una banda sonora muy típica de este género de películas. Los efectos especiales, a su vez, son muy buenos aunque su utilización es menor a la que se podría esperar.El entorno bastante cerrado de donde se desarrollan las carreras, permite mayor control de los escenarios que vemos pero con la incomodidad de que muy difícilmente varían, lo cual deja al espectador un poco aburrido de ver tantos fierros retorcidos, grandes hangares y rejas. Y no hay que ser un experto en videojuegos para apreciar que muchos detalles dentro de las carreras realizadas son muy propios de los mundos ficticios por los que se deambula cada vez que se agarra el mando de alguna de las tantas consolas existentes.Death Race, es entretenida, simple y llena de sangre y explosiones; una película que no pasará a la historia y se quedará como una entre muchas; perfecta para pasar el rato un domingo por la tarde cuando ya no hay nada que ver o hacer, aunque en definitiva es muchísimo mejor que la risible propuesta setentera en donde se veían autos con dientes y a pilotos con más apariencia de marcianos que de fieros corredores.

Coraline es una película de animación "stop motion", es decir que todo lo que vemos (casi todo) son objetos reales que han sido filmados cuadro por cuadro para crear la magia de movimiento. Su director Henry Selick, un reconocido experto en esa técnica de animación, ya se había "inmortalizado" cuando dirigió en 1993 "The Nightmare Before Christmas" (El Extraño Mundo de Jack, como se le conoció en Latinoamérica) donde le dio vida a una fantástica historia de Tim Burton. Coraline probablemente no llegue a convertirse en un título tan memorable como la del esqueleto Jack, sin embargo es una prueba auténtica y actual de un cine de cuentos al estilo clásico, no solo por la técnica de animación sino por su realización y argumento, de los que ya no se ven con frecuencia en el cine animado.
La película trata de Coraline, una niña de 11 años que recién se ha mudado con su familia a una grande y vieja casa llamada "El Palacio Rosado", donde alquilan solo una parte de ella. Los padres de Coraline estan tan ocupados con sus quehaceres que apenas prestan antención a su hija, provocando que Coraline se vaya a visitar al resto de inquilinos de la gran casa y a recorrer los rededores para pasar el tiempo. En una de sus exploraciones de la casa, Coraline encuentra durante una pequeña puerta sellada, sin embargo, cuando "accidentalmente" la abre de noche... se encuentra que al otro lado de la puerta se encuentra una realidad paralela a la suya, la misma casa, los mismos vecinos, su misma familia, solo que con dos grandes diferencias. La primera es que sus padres son fabulosos, divertidos y le prestan toda la atención que ella quiere, pero la segunda es que todos los que habitan ese lugar tienen botones en lugar de ojos. A pesar de todo lo bueno que encuentra, la presencia escondida de una bruja le pedirá un precio muy alto a Coraline, a cambio de permanecer en ese mundo aparentemente maravilloso.
El viaje de Coraline es el de una niña curiosa, dandole buen ritmo al filme, pues al principio queremos, al igual que ella, regresar a ese fantástico mundo lleno de colorido y donde todos los otros personajes paralelos son mucho más encantadores, resultando muy interesante ver cómo ella los va conociendo primero en el mundo real para luego verlos cambiados en el "otro mundo". Por ejemplo, el "Gran Bobinsky", vecino ruso con destrezas de gimnasta, le cuenta sobre su circo de ratones pero no la deja entrar en ningún momento a verlo, por otro lado, las señoras vecinas Forcible y Spink le cuentan sobre sus glorias pasadas, cuando eran unas maravillosas acróbatas, pero ahora no son más que dos ancianas despistadas en un lúgubre sótano, y por si eso fuera poco, todos le dicen Caroline en lugar de su verdadero nombre. Ahora bien, cuando entra al otro mundo, a parte de tener unos fantásticos padres, puede ver un gran espectáculo en el circo de ratones del Otro Gran Bobinsky y puede ver un show de acrobacia de las señoras Forcible y Spink (donde ya no son ancianas, sino dos jóvenes mujeres).
Pero todo es parte de la trampa de la bruja, y el espectador tendrá claras pistas, un poco menos obvias que los ojos de botón, por ejemplo.... en ese mundo siempre parece estar de noche, todos los vecinos le llaman correctamente por su nombre "Coraline" y al parecer, el gato negro que se encontró en el mundo real no parece tener ninguna diferencia (es el único que no tiene ojos de botón).
La historia esta basada en el libro del mismo nombre, del autor Neil Gaiman y recuerda mucho a los cuentos clásicos como los de los Hermanos Grimm, la película intenta ser una adaptación muy fiel del libro y traslada ese espíritu de cuentos para niños. Sin embargo, tiene un tratamiento bastante oscuro, no tanto por ausencia de luz (todo lo contrario) sino que hasta cierto punto por el toque tenebroso de la misma. Varios personajes tienen un aspecto tétrico pero al mismo tiempo simpático (como el Gran Bobinsky o las vecinas del sótano) . Es probable que algunos niños y niñas se espanten un poco con ciertas secuencias (que son visualmente impresionantes), pero la presencia de sus padres en el cine lo arreglará todo, sin duda alguna.
La película posee una alta calidad visual, considerando que los personajes y los entornos no son construidos por computadora, sino que son reales. El movimiento de los personajes es increíblemente natural y demuestra que éste director ha llegado muy lejos en cuanto a su técnica de animación. Buena película, recomendable para todos aquellos que gusten de los cuentos clásicos y admiradores de esta aparentemente inmortal forma de animación.