domingo, 11 de mayo de 2008

No Country For Old Men. Un thriller magnífico


En una tranquila área rural en el estado de Texas, matanzas y asesinatos convulsionan el lugar, gente de todo tipo se ve involucrada con ésta brutalidad directa e indirectamente pues es un maletín, conteniendo dos millones de dólares producto del tráfico de drogas, lo que desencadena una implacable persecución.

"Si la regla que seguiste te trajo aquí... ¿de qué sirvió la regla?"
Anton Chigurh

Entre tantos films que se esperan con ansiedad temporada tras temporada es realmente difícil encontrar alguno que concentre de igual manera lo visual con lo argumental, y son las diferencias del equilibrio entre ambas cuestiones lo que nos lleva a definir una película como una obra maestra o un bodrio.

"No Country For Old Men" es otra pieza de excelente detalle que los hermanos Ethan y Joel Coen nos ofrecen después de que hace mucho tiempo lograran sacudirnos un poco la pereza mental con su aclamada "Fargo"; de principio a fin, el guión nos lleva por una cruel persecusión rodeada de ciertas situaciones que en algún momento parecen no tener razón de ser, pero analizando detenidamente lo tratado no se puede hacer una afirmación de tal magnitud.

Desde el punto de vista estético es de apreciar que e
l sutil movimiento de la cámara es brutal pero queda relegada por la magistral fotografía que se maneja en el film, pues la utilización de espacios tan abiertos que ofrece el paisaje rural tejano, la excelente combinación y contraste de colores y el soberbio manejo de los claro-oscuros permiten sentir tanto la insufrible calma como la desesperación que aborda a todos los protagonistas. Todo ésto aunado al hecho de que, al estar en un ambiente rustico, da la sensación de ser una de aquellas viejas películas del oeste.

Al seguir la línea que el guión establece se puede observar un tipo de juego a lo 'el gato y el ratón', la incertidumbre se hace presente con fuerza logrando que en momentos se forme cierta confusión en el espectador lo cual propicia que se tengan visiones distintas del desarrollo de la trama y causando, a su vez, que no se vuelva una historia predecible; es de recalcar que la acción presentada tiene bases fundamentadas (como se dice actualmente ¡no tiene violencia gratuita!) y la ansiedad derivada de ésta deja muy buen sabor de boca.

No hay balaceras o explosiones tipo "Rambo" pero las formas en que se desarrollan las secuencias de violencia, su planeación y ejecución son muy 'elegantes' (por así decirlo) pues nacen del gran ojo y análisis de los respectivos verdugos. Es aquí donde hay que mencionar a Don Javier Bardem que al encarnar a
Anton Chigurh ('el gato') se lleva un sonoro aplauso de pié pues resalta en la película de principio a fin; su presencia, su voz, porte, actitudes y manierismos al igual que su astucia y metodología permiten que se convierta desde ya en uno de los asesinos más notables de la historia del cine.

Sus expresiones faciales valen su peso en oro y la profundidad que le impregna a sus diálogos, más allá de lo que el guión mismo establezca, hacen que su personaje no pueda definirse con un canon establecido, por momentos parece delicado, simple, retardado y hasta maricón (sin ofender, claro) pero en otros podría ser tildado como un genio loco, un ente analítico, un hombre sin miedo, sin sentimientos, incluso sin dolor, pero aun es más estremecedor la capacidad que presenta para seguir su propio 'código de honor' (al más puro estilo samurai).


Su contraparte, el veterano Tommy Lee Jones como el sheriff Ed Tom Bell, que para mi gusto tiene un papel muy por debajo del de Bardem, se convierte en el ente sereno, sabio, en el vínculo de las ideas que transitan desde el título mismo del film hasta su colofón que dice (en breve análisis) que las personas mayores tienen la experiencia y las capacidades para realizar muchas tareas aunque las nuevas generaciones y los mismos sistemas las tiren a un lado haciendo que éstas se sientan obsoletas.

¿Quién no ha escuchado a sus padres o abuelos contar viejas anécdotas o historias? ¿quién no ha visto como cada nueva generación pierde los valores como, por ejemplo, decir buenas tardes o con permiso? ¿quién no ha sentido cierta tristeza cuando sabe que ya no hay respeto hacia los mayores si son los que más sabiduría tienen?, todas estas preguntas se encapsulan en las reflexiones hechas por el sheriff.

Y he aquí que llegamos al protagonista que 'casi' une a los dos anteriores, Josh Brolin como Llewelyn Moss (el ratón) que es arrastrado por la curiosidad y la codicia al tener los dos millones de dólares en su poder, la moraleja es que éste individuo pelea por algo que desde el primer momento lo condena, su presencia, desde que aparece, bien se podría describir a través de una de las famosas frases de la vox populi: "Lo que mal empieza, mal acaba" cosa que se apuntala con ciertos mariachis que le cantan descaradamente "quisiste volar sin alas..." (un detalle de genialidad)

La película es definitivamente excelente, envolvente y muy dramática sin necesidad de música de fondo, pero, tal vez, hay tres aspectos (¡miserables detalles!) que me recuerdan haberlos visto antes: por un lado tenemos la idea del lanzamiento de moneda (a lo Dos Caras), la forma de proceder y análisis del sheriff (que solo trae a mi memoria al teniente detective William Somerset en Seven) y algo un poco más descarado...la vinculación de Chigurh con la leche que parece ser una evocación de León, el asesino de The Professional del aclamado Luc Besson.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

tu blog me gusta muchisimo, y mas que todo tus criticas, de nuevo te digo tienes mucho talento, Felicidades...........

ATLAS dijo...

Se te agradece a tí anónimo, porque junto con otros eres de los que dan vida a éste blog y que nos dan ánimos a mi amigo Cadejo Negro y a tu servidor para seguir semanalmente hablando del cine.