domingo, 18 de mayo de 2008

There Will Be Blood. Gran película.... más nada fácil


Sin duda alguna There Will Be Blood no es una película dirigida al amplio público, bueno... creo que estoy generalizando, más bien es una de esas que puede ser la favorita de unos pero no hará mella en otros, personalmente he necesitado verla más de una vez para llegar a apreciar y disfrutar más de ella, y es que “alta calidad” es algo que a ésta cinta no le hace falta.


Son los finales del siglo XIX, y un buscador de plata llamado Daniel Plainview encuentra accidentalmente petróleo en una de sus minas subterráneas en las zonas desérticas de California, allí él empieza a extraer el “oro negro” utilizando sus propios métodos; en esos primeros días uno de sus compañeros de trabajo muere y él decide hacerse cargo del bebé del difunto. Pronto Daniel hace su propia empresa de extracción de petróleo y viajando junto a su ahora hijo H.W. busca otras tierras en las que pueda hacer sus excavaciones, hasta que un extraño le vende información sobre un pequeño pueblo que podría darle más de lo que ha obtenido hasta ahora.


La película tiene un gran inicio, mostrándonos sin diálogo alguno (secuencias acompañadas únicamente de música) cómo el protagonista, en la más inhóspita soledad, cava en una mina de plata y así vemos cómo trabaja muy duro hasta crear su propio pozo de petróleo, simplemente genial. Y entonces empieza, uno de los elementos que más sustentan el filme, la extraordinaria interpretación de Daniel Day Lewis como el “Oil Man” Daniel Plainview, un hombre duro, astuto que consigue lo que quiere aprovechándose de la gente humilde que ha tenido “la dicha” de tener bajo sus áridas y pobres tierras grandes cantidades del líquido negro. Plainview le vende a ésta gente la promesa de que florecerán si le venden las tierras para que él haga las perforaciones que sacarán el valioso petróleo. Así veremos entonces a un personaje de lo más interesante, que al principio, a pesar de su dureza y determinación, muestra signos de gran humanismo, las cuales llegan a su punto más alto en una fantástica y emotiva secuencia que vive junto a su hijo H.W. (Dillon Freasier) pero que después va “evolucionando” hasta convertirse en un ser tan oscuro como el mismo petróleo que persigue.


No puedo dejar de mencionar a otro personaje de mucha importancia en la historia, el cual aparece cuando el buscador de petróleo llega al pueblito Little Boston (lugar donde transcurre la mayor parte de la película), Eli Sunday, un joven pastor, líder de una Iglesia que él mismo ha formado y que al igual que Daniel, engaña a la gente aprovechándose de su fervor religioso. Éste personaje es interpretado magistralmente por Paul Dano (el extraño hermano de la Little Miss Sunshine), y aquí debo decir, al igual que otros blogueros de la web, que al menos merecía una nominación a los premios de la Academia. Eli se convierte de cierta forma como un rival para el Sr. Plainview, pues ve también en el pozo una oportunidad para saciar sus ambiciones. Ambos llegan a protagonizar enfrentamientos en los que la humillación será la vencedora.



Algo digno de mencionar es la música, alguien que tenga la costumbre de poner atención en la banda sonora de una película se puede dar cuenta de que en There Will Be Blood escuchamos algo fuera de lo común, el músico Jonny Greenwood (integrante de Radiohead, una de las bandas inglesas con mayor vigencia y contribución de la música británica actual) ha compuesto a petición del mismo director Paul Thomas Anderson unas piezas de alto calibre que acompañan de manera muy original al filme (nótese la parte en la que el pozo de Little Boston revienta, los chelos y la percusión simulan el monótono sonido de las máquinas extractoras) y que en otros tramos me recuerda lejanamente a alguna película de los inicios del cine. Los lugares desérticos y la cinematografía utilizada transmiten la aridez del lugar de manera muy efectiva, también hay diálogos que se traslapan con las escenas que presentan lo que la voz va diciendo, un recurso que se ve en varias secuencias y que funciona muy bien.


Ahora bien, la película puede sentirse quizás un poco más difícil poco después de dos horas de metraje hacia el final, cuando Daniel va llegando cada vez más lejos en su profundo viaje a la “deshumanización”. Y es aquí donde me he dado cuenta que llega el punto de discordia de los críticos y blogs de opinión de cine, pues algunos tildan la conclusión como que “no se llega nada”, pero yo haría la comparación quizás con “Taxi Driver”, donde la historia es la transformación del propio personaje y no un cierre de ciclo de un “argumento redondo”. Y el otro punto es sobre la actuación de Day Lewis en la secuencia final, tildándola erróneamente de “sobreactuada” pues es muy claro que en ese punto el hombre fuerte del petróleo, abandonado en su soledad y avaricia ha llegado a tocar fondo.


There Will Be Blood es una gran producción, la cantidad de nominaciones y premios obtenidos es una buena carta de presentación y su director tiene un buen currículum (Boogie Nights, Magnolia), si no la pueden digerir completamente la primera vez, denle otra oportunidad.

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