EL ORFANATO. Así se hace una de Suspenso!

Antes que nada, me gustaría aclarar que “El Orfanato” nada tiene que ver con el “otro tipo” de películas de terror que nos vienen con frecuencia, sí sí, me refiero a esas: Sé lo que hicieron el verano pasado, El grito del miedo, La Casa Maldita, Los Trece Fantasmas, El Barco Fantasma, Saw y su juego de la destripazón, todos los Destinos Finales, ufff... y sigue. Si bien es cierto que éstas películas ostentan coloridos y excelentes efectos especiales y de maquillaje, y algunas hasta empiezan bien, casi todas terminan en chorros de sangre, descuartizamientos, terribles actuaciones y argumentos absurdos. El Orfanato es una película de terror genuino, tal vez no inventa nada nuevo, pero que ha sido tan bien hecha que logra lo que toda película de éste genero aspira... asustar.

Laura es una mujer que junto con su marido decide regresar al orfanato en la que ella se crió de niña para transformar la enorme casa en una residencia para niños discapacitados, pero todo cambia cuando su hijo Simón, que es adoptado, empieza a tener nuevos “amigos invisibles”, situación que desencadenará un suceso terrible e inesperado, el cual hará que Laura empiece una búsqueda sin tregua en la historia del Orfanato, llegando a descubrir sus más oscuros secretos.

Debo reconocer que los primeros minutos del metraje como que no lograron “enchufarme” del todo, quizás por lo poco acostumbrado que estoy a ver películas españolas en el cine (o quizás unos molestos niños mimados que habían llegado a charlar en la sala), pero no tardé en caer bajo el encanto y el suspenso de ésta obra. Y es que el filme empieza presentando a los personajes y a contarnos su historia, pero poco a poco nos da esas escenas clásicas en las que a uno le da la impresión de que algo extraño va a ocurrir, o que está ocurriendo... pero éstas tienen un significado y una coherencia en toda la trama (no son escenas aleatorias para distraer al espectador), y luego llegan, sí que llegan, esas partes de pequeños pero fuertes “sustos” que lo hacen a uno estremecerse en la butaca. Lo que más funciona es que todas éstas impactantes secuencias están al servicio del misterio principal que la película plantea y que nosotros como espectadores, al igual que los protagonistas, deseamos resolver. Es digno de mencionar que uno de los personajes más icónicos del filme es ése niño que lleva un saco en la cabeza, el cual protagoniza una de las secuencias más aterradoras.

Si hay una interpretación que sobresale, ésa es su principal protagonista, Laura, interpretada por Belén Rueda de manera excepcional, porque logra transmitirnos su sufrimiento y su sentimiento de querer llegar hasta el fondo del misterio que rodea su tragedia, su esposo Carlos es interpretado correctamente por Fernando Cayó y su hijo Simón es encarnado por Roger Príncep, quien es el encargado de hacerla del niño dulce pero que a su vez nos siembra las primeras semillas de suspenso cuando nos damos cuenta de que tiene contacto con algo o alguien a quien no podemos ver. Montserrat Carulla interpreta algunos de los momentos más impactantes con su personaje de Benigna; la famosa Geraldine Chaplin (si, la hija de la última esposa de Charlie Chaplin) hace el papel de la excéntrica médium Aurora, que brinda a Laura un aliento final para convencerla de que las respuestas que busca están en el “más allá”, y finalmente resulta sorpresivamente agradable la presencia de Edgar Vivar (para todos aquellos de mi generación y de otras más, el Señor Barriga de El Chavo del Ocho), como el parapsicólogo que permite el contacto de Laura con Aurora.

El Orfanato es una película que utiliza muchos de los recursos viejos del género de suspenso, y también tiene un argumento que no tiene mucho de original, PERO LA FORMA en que su joven director Juan Antonio Bayona (y ¿por qué no? Su Productor Guillermo del Toro) le han dado, hace de ésta uno de los filmes que mejor se pueden “disfrutar”, SPOILER con un final un poco triste, pero excelente FIN SPOILER, Muy Buena.