martes, 7 de abril de 2009

FAST AND FURIOUS. La secuela más justa de todas



Después de varios años Dominic Toretto sigue con sus andadas fuera de la ley por otras partes del mundo hasta que una tragedia personal lo fuerza a volver a su natal Los Ángeles y reencontrarse con su hermana, un viejo "amigo" y con la clandestinidad y adrenalina de las carreras callejeras a máxima velocidad.

"Como los viejos tiempos" Dominic Toretto

Hace ya varios años vio la luz una película que retomó el concepto, enchapado en la década de los 70's, de autos, carreras callejeras, grupos clandestinos y demás; The Fast And The Furious fue el inicio de una franquicia basada en la temática de automóviles modificados que iría de manera irregular en las subsecuentes 2 Fast 2 Furious y The Fast And The Furious: Tokyo Drift, por lo cual necesitaba pronto una secuela que hiciera justicia a la esencia de la original.

Es así que aparece, 8 años después, Fast And Furious una entrega que hace mucho mérito a la saga y que rescata, a buen nivel, la mencionada esencia de la original, aunque en ésta ocasión se tiene un poco más de historia y no se centra solo en el "tuning" y las carreras; Justin Lin y Chris Morgan (director y guionista) se reúnen de nuevo después de los resultados obtenidos en Tokyo Drift y tratan de implementar muchos de sus elementos dándole una cierta frescura y rítmo a ésta pero lo que más se puede resaltar de la película es el reencuentro del elenco con que inició la franquicia, no por nada el lema de ésta cuarta película es "Nuevo Modelo, Partes Originales".



Vin Diesel, como el indomable Dominic Toretto, vuelve a uno de los papeles que más fama le dio y donde puede desplegar su presencia física e inconfundible voz pero que no llega a ser una actuación memorable y hasta en algún momento cualquiera podría decir que con el tiempo se volvió un poco blando. Paul Walker vuelve como el agente (ahora del FBI) Brian O'Conner quien, ahora anda detrás de un poderoso narcotraficante conocido como Braga, Walker aparenta un poco más de madurez y más presencia que en la primera y segunda película, pero de nuevo queda opacado por la larga sombra de Diesel.

La contraparte tanto de Toretto como de O'Conner es el esquivo Campos (el supuesto intermediario de Braga) interpretado de forma bastante ajustada por John Ortíz, siendo éste el típico estereotipo del jefe criminal latino y que en la película se le ha querido presentar con un aire a lo Pablo Escobar Gaviria, pero Ortíz no se plantea como un némesis adecuado o por lo menos desafiante, dicha situación solo permite, frozadamente, a que aparezca su mano derecha Fenix Rise rol que recae en Laz Alonso, un poco más fuerte y seguro que Campos pero sin mayor propósito que ser el matón de turno.

Por último, y no menos importante, están las chicas, ¿qué sería una película de carreras sin la belleza femenina de por medio?, Michelle Rodríguez y Jordana Brewster vuelven en sus respectivos papeles de Letty y Mia, aunque en ésta ocasión tienen breves apariciones que solo se utilizan para remarcar ciertas cuestiones muy propias como el vínculo sentimental que las une a Dominic y Brian lo cual logra uno de los puntos de "nostalgia" que Lin establece para el público; de manera simpática aparece una tercera mujer, Gisele Harabo interpretada por la novata pero exótica Gal Gadot la cual deslumbra con su esbelta figura y deja un muy buen sabor de boca con su personaje que, como se diría en el léxico salvadoreño, "no es ni chicha ni limonada" dándole un cierto atractivo extra.

Lejos de ello, la película es entretenida de cabo a rabo, diversión asegurada junto con un poco de nostalgia y una pizca de frescura; el atractivo de los autos utilizados como el poderoso Charger '70 conducido por Toretto, el moderno Skyline de O'Conner y el Torino '72 de Fenix no se dejan pasar por alto junto con otra innumerable cantidad de autos. A nivel técnico podemos admirar la excelente dirección de cámaras que se utilizan para éste tipo de films pero que en algún momento dejan al público algo atontado al querer intentar giros que rompen con la continuidad de las secuencias.



Los efectos especiales son de los más conocidos y usados, pero hay una secuencia en particular en donde la exageración se hace bastante incomible, solo hay que fijarse cuando entran, transitan y salen por un largo recorrido de túneles subterráneos de una manera tan inverosímil que no deja de hacer sentir atónito al espectador. La musicalización por su lado no puede dejar de ser la típica combinación de géneros como el hip-hop, rap, perreo y reggaeton, siendo éstos últimos representados con la intervención casi a quemarropa de un Tego Calderón, que personalmente no deja de incomodar puesto que es un personaje muy rebuscado.

Al final de cuentas Fast And Furious, con todo y sus peros, es la mejor exponente de la idea establecida en la primera, ya que logra un vínculo con ella y con los elementos exactos de una verdadera secuela y hasta se puede decir que ésta tendría que haber sido la 2 Fast 2 Furious y olvidarnos de las otras dos ya mencionadas.

No hay comentarios: